Antología del Studio Ghibli

Por Flor Méndez - 13:00


LOS ORÍGENES DE UNO DE LOS MEJORES ESTUDIOS DE ANIMACIÓN DEL MUNDO
A principios de la década de los 80, unos experimentados animadores llamados Hayao Miyazaki e Isao Takahata tuvieron la idea de fundar un estudio de animación diferente. Su objetivo era crear largometrajes de excelente calidad, desmarcándose del resto, logrando colocar a la animación japonesa como una de las mejores del mundo.
En esta Antología del Studio Ghibli: de Nausicaä a Mononoke, se repasan los primeros trece años de la historia de este estudio. Una etapa difícil llena de vicisitudes y contratiempos que se acabaron superando, consiguiendo el éxito mundial y los buenos resultados en taquilla.
Un libro dirigido a todos los aficionados al Studio Ghibli, interesados en la animación y el buen cine en general.

LA CONSAGRACIÓN DE UNA FORMA DIFERENTE DE HACER ANIMACIÓN
Tras unos inicios llenos de retos y dificultades, a mediados de los años 90 el Studio Ghibli finalmente logró el éxito de crítica y público, con lo que se consiguió dar estabilidad a su proyecto. En este libro se repasan algunas de las mejores películas del estudio y los cambios que se han producido en su filosofía con respecto a los primeros años: nuevos directores, proyectos más variados y estrenos más frecuentes.
En esta segunda parte de la Antología del Studio Ghibli se repasan todas las películas estrenadas desde 1999 hasta el 2011 y se hace un recorrido por aquellos proyectos de otra índole en los que han participado como cortometrajes, mediometrajes, películas, reportajes, videojuegos, el Museo Ghibli...
Un libro dirigido a todos aquellos que estén interesados en conocer más sobre la trayectoria del Studio Ghibli, uno de los mejores estudios de animación del mundo.

Gracias a Editorial Océano por el ejemplar.

Ignoren el banner horrible. Son colores muy distintos, pero no daba hacer una reseña para cada uno, por lo tanto hay un banner para los dos. Que es horrible, pero... sí, ignórenlo.

¡Cuánto me costó hacer esta reseña! No, no algunos meses (en septiembre salió el segundo de la antología), sino varios años. El primero de ellos lo pedí a España cuando recién salía, allá por 2010... y nunca pude conseguir el segundo.

Thanks God Océano está apostando al ámbito de animé y cosillas relacionadas, y el año pasado trajo ambos títulos a nuestro país. El segundo me lo dieron con anticipación, yo prometí hacer una reseña... y acá estoy, disculpándome públicamente, porque el Studio Ghibli y estos libros son una gran marca en mi vida, y no podía hacer otra cosa que escribir la reseña que (creo) se merecen.

No tenés que ser fan de Ghibli para disfrutar estos libros... ni siquiera conocerlo (aunque la experiencia es mejor si sabés de qué se está hablando). Manuel Robles, el autor del libro y de Studio Ghibli Weblog, página muy conocida entre los fans hispanohablantes, comienza contándonos un poco sobre los nombres a los que nos remite este estudio de animación, ya conocidos por muchos: Hayao Miyazaki, Isao Takahata, Toshio Suzuki y Joe Hisaishi. No todos son conocidos por el público "general"; Miyazaki es, claramente, el más nombrado, seguido en las sombras (injustamente) por Takahata y adorando la música que Hisaishi le pone a la mayoría de las películas del estudio. Suzuki es, quizás, el más desconocido, pero acá develará por qué es tan importante y cómo afectó a muchos de los proyectos de la empresa tanto a fans como a gente que esté hojeando el libro en la librería.

Así, el autor nos va poniendo en contexto: quiénes son los que están detrás de las películas, su recorrido por la vida antes (y durante) del Studio Ghibli, quiénes los influenciaron... y, de la nada, comienza el libro. ¿En qué consiste? En un recorrido histórico a través de las películas (+ cortos, videos musicales, etcétera) del estudio, comenzando con, lo que yo creo, es lo más interesante de cada página: el momento histórico en el que se comenzó a gestar, gestó y lanzó la película.

Eso es lo que más me sorprendió del libro allá por el 2010, y que me volvió a sorprender durante el 2015: no es un librito más, no recoge simplemente la película, de qué trata y la respuesta del público en números. Hay una gran investigación sobre la vida de Los Grandes Hombres (nombrados más arriba) en ese momento, sobre el momento histórico-político-económico-social japonés, sobre la forma de hacer las películas (el gran trabajo que era -y es- trabajar en celuloide, bien tradicional, y el costoso paso de ir introduciendo lo digital) y sobre el Studio Ghibli en general.

Además del argumento, los personajes, la opinión del autor y algunos bonus (en algunas habla de las influencias, en otros de quiénes formaron parte del equipo por primera vez gracias a esa película, en otros proyectos que se generaron luego del estreno...), también trae secciones muy interesantes para el público... y, más que nada, para los fans. Por ejemplo los orígenes de algunos personajes (inspirados en figuras históricas, en personajes de libros, en personas reales...), o los lugares que utilizaron para ilustrar alguna ciudad de alguna película, o cómo ciertos personajes (los más jóvenes, las mujeres) influyen en las historias, etcétera.

Muchos de ellos tienen mangas (para los que no estén acostumbrados al término, son básicamente los cómics japoneses) o libros, por lo que hay siempre una comparación (ni buena ni mala, simplemente exponiendo las similitudes y diferencias) de ambos, lo cual te hace reconocer un concepto mucho más grande. Ya no es una película por película, sino una obra que tiene mucho detrás, que quizás tuvo el reto de enfrentarse a gente que ya sabían la historia de antemano, que tuvo autores y mangakas (los dibujantes/escritores de los mangas) en contra y que tuvo que dar muchas vueltas para dejar a uno u otro conforme, pero siempre con la esencia original del estudio.

Otra cosa que es muy interesante es la información (y formación) de Robles en cuando al contenido relacionado a las películas: los libros de arte (con información en japonés y a veces en inglés sobre la producción de la animación, bocetos, etcétera), la música (generalmente las películas/series/animés asiáticas/os tienen varios CDs de diferentes géneros, no sólo uno)... y en algunas películas más importantes, como Mi Vecino Totoro, la que los comenzó a catapultar a la tan esperada fama, también trata algunos otros temas. Entre ellos el Totoro Forest Project (para salvar los bosques de Tokorozawa), la casa de Satsuki y Mei (dos personajes de la película) que construyeron detalle a detalle en Aichi una vez que la película se estrenó, etcétera.

Al final del primer volumen se tiene una sección muy extensa (demasiado, para mi gusto) pero por siempre incompleta del merchandising del Studio Ghibli, de venta online y en Japón, para que nos hagamos una idea de lo increíblemente consumista que es la industria, tanto japonesa como mundial, y qué cositas lindas nos podemos llevar a casa a la vez. Perdón, pero yo considero importantísimo e indispensable para vivir tener una maceta de Totoro o un pisapapeles del robot de Laputa Castle in the Sky (sí, se llama Laputa pero dejen de ser tan malpensados; no es eso en japonés), así que cuando cuente con una tarjeta de crédito mi casa va a estar llena de chucherías de Ghibli.

En el segundo volumen se sigue con la estructura ya conocida en el anterior libro, pero tiene un lindo detalle que me gustaría compartir: mientras que el primer libro es en blanco y negro de a principio a fin, en el segundo tiene unas cuantas páginas a color. Lo más lindo es que va desde El viaje de Chihiro (película que creo deben conocer todos a esta altura) hasta la mitad de la sección de El Castillo Ambulante de Howl, es decir del 2001 al 2004, época de más auge del estudio en el ámbito internacional. El color vuelve un rato después para la mayor parte de la sección del Museo del Studio Ghibli en Mitaka, ilustrándonos un poco lo que es, ya que dentro del museo no se pueden sacar fotos (por lo que no hay mucha fuente fotográfica para que nosotros, los pobres, nos hagamos una idea de cómo es).

Creo que es lindo mencionar esto porque se le da un lugar a lo más importante que tuvo (y tiene) el Studio Ghibli el día de hoy luego de que pasara la fiebre de Totoro, más allá que siga vigente al día de hoy: El viaje de Chihiro y El Castillo Ambulante de Howl son, en mi opinión, las películas que consagraron al estudio internacionalmente, así que, como fan, me gustó mucho que se les diera un lugar especial. También a Haru en el mundo de los gatos, película sacada entre medio de las dos que ya nombré, que fue una de las pocas dirigidas por uno de los jóvenes del equipo del estudio, y el Museo Ghibli, que es un gran movimiento cultural dentro de Japón y de la animación en sí.

El libro llega hasta Desde la colina de las amapolas (o La colina de las amapolas, según dónde estés; una de mis favoritas), en el 2011, y espero que haya un tercer, cuarto y septuagésimo (¿?). Es difícil, hoy en día, que el Studio Ghibli siga con el mismo apoyo y financiación con la que venía hasta entonces. Miyazaki se retiró hace algunos años (es interesante, para los que no conocen el timeline, leer el artículo "Hayao Miyazaki: fantasías animadas de ayer y hoy"), entre jubilaciones (¿?) fallidas y vueltas festejadas por todos, y Ghibli quedó en medio de una gran incógnita: ¿hay vida después de Miyazaki?

Haber nucleado toda la atención en él y en sus ideas (y en menor medida en Takahata) creo que no le hicieron ningún bien al estudio. No soy una experta, no tengo idea de cómo funciona una empresa, pero haber confiado tan poco en jóvenes aprendices durante todos estos años está siendo un problema hoy en día. Creo que es genial que se hayan reinventado (léase haber vuelto a trabajar como cuando empezaron, con animadores y equipo pagado por animación y no tener un staff permanente), porque creo que así van a poder volver al ruedo con más y mejores películas. Los fans no nos contentamos con co-producciones o cortos, ¡siempre estamos esperando pelis! Y lo bueno es que, en un tercer volumen, seguramente Manuel Robles va a plasmar todo este momento histórico como ya sabe hacerlo.

Ahora que terminé la reseña técnica (ponele) de los libros, quiero que mi yo de 8 años les hable. Porque a los 8 años mi prima nos llevó a mi hermana y a mí a ver El viaje de Chihiro al cine (la única que vi en el cine de Ghibli), y mientras ellas salieron espantadas y diciendo que jamás iban a volver a ver algo parecido a conciencia, yo salí fascinada y con los ojos gigantes.

El mundo de Ghibli me abrió miles de puertas y ventanas para formarme como persona. Parece estúpido, pero mi yo de 8 años descubrió toda una cultura diferente que la enamoró y que hasta el día de hoy admira (más tirando para Corea del Sur que para Japón, pero sigue siendo Asia). No sólo eso, sino que las películas de este estudio de animación tienen cosas en particular que es lo que los diferencian de empresas como Disney, Pixar y etcétera: sus protagonistas son todas mujeres que son sus propias heroínas, habla del cuidado del planeta y el medioambiente, y enseña valores que los chicos deben aprender hoy en día.

No quiero decirles nada más, porque si se los cuento el ver las películas pierde parte de la gracia. Sí les voy a recomendar algunas para que vean ustedes o con algún pequeño que tengan en la familia (siempre pidiendo consejo, porque en un par hay gore y no está bueno que los peques vean esas cosas... se impresionan y no quieren ver más Ghibli #experienciapersonal): cosas light como Ponyo en el Acantilado, Desde la colina de las amapolas, El viaje de Chihiro o El Castillo Ambulante de Howl. Una vez que ya se adentraron en Ghibli y se acostumbraron a mirar el contexto antes de juzgar la película, miren La Tumba de las Luciérnagas (con pañuelitos cerca), La Princesa Mononoke, Mi Vecino Totoro o Arrietty y el Mundo de los Diminutos (que tiene un ritmo lento, pero es hermosa).

Estos dos volúmenes son perfectos para meterte en el Studio Ghibli si no sos fan, y también lo es para todos aquellos que somos fans de sus películas e ideología pero no sabemos el contexto general del estudio de animación. Déjense encantar por Asia, por la animación y por Miyazaki y compañía. Sus yos (¿?) de 8 años que tienen en el interior se los van a agradecer.

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